Carlos Morales, director general de Astilleros de Mallorca, habla sobre las ventajas de contar con una plantilla fija de empleados permanentes, así como de subcontratar a especialistas preferentes y contratistas designados por los clientes.
Para tener éxito en el sector del refit, las empresas y los astilleros deben ser tanto flexibles como estratégicos, además de tener experiencia y estar especializados. Aunque parte del trabajo diario en un astillero puede ser rutinario, los últimos ejemplos de diseño vanguardista e ingeniería naval de última generación hacen que la experiencia sea imprescindible. Al considerar algunos de los factores culturales y geopolíticos implicados en el proceso de refit, se pueden evaluar los pros y contras de utilizar una plantilla fija de empleados permanentes frente a subcontratistas externos especializados y designados por el cliente.
Ambos modelos tienen sus méritos, y uno no es necesariamente mejor que el otro. En el sector de la construcción naval, el proceso de preinstalación de un proyecto suele estar completamente realizado por subcontratistas. Cuando Oceanco anunció planes de expansión y un nuevo edificio renovado en 2019, etiquetó la nueva zona como un ‘parque del conocimiento’ para que los subcontratistas compartieran ideas y conocimientos. Al invertir en infraestructura y en un modelo de trabajo único, la empresa logró posicionarse como uno de los primeros constructores de superyates a medida con capacidad para ofrecer una opción de refit con cobertura completa a lo largo de todo el ciclo de vida del yate.
Pero, ¿realmente les importa a los clientes quién trabaja en el refit o simplemente quieren la mejor calidad al mejor precio? Carlos Morales, director general de Astilleros de Mallorca y ex empleado de Oceanco, está convencido de que sí les importa. “Es uno de los comentarios positivos más habituales que recibimos”, afirma Morales. “También garantizamos una continuidad en el servicio de un año a otro, lo que es muy valorado por nuestros clientes recurrentes. Acaban conociendo muy bien a nuestros trabajadores, lo que genera una afinidad muy valiosa a la hora de trabajar juntos”.
Actualmente, Astilleros de Mallorca utiliza un modelo mixto con empleados fijos y subcontratistas. El astillero se enorgullece de su rica historia, desde la construcción de pequeños barcos de madera para la flota local en 1942 hasta el desarrollo de una sólida reputación en las décadas siguientes en los sectores comercial y náutico, tanto en construcción como reparación. No fue hasta 1994 cuando los propietarios decidieron que el astillero se dedicaría exclusivamente a los servicios de refit y reparación. Morales sostiene que una combinación del conocimiento generacional en construcción naval con un equipo de subcontratistas experimentados y especializados permite al astillero ofrecer a los clientes lo mejor de ambos mundos.
“La mano de obra que tenemos y el conocimiento transmitido de generación en generación son, obviamente, activos que queremos aprovechar para ciertas disciplinas. Hemos mantenido algunos de los talleres especializados más importantes que llevan décadas en funcionamiento: metal, mecánica y maquinaria, tuberías, hidráulica, acero inoxidable y electricidad. Esto ha garantizado la preservación de las habilidades necesarias y la solidez para seguir invirtiendo en tecnología de vanguardia y formación continua. Además, favorece el mantenimiento de una plantilla fiel, con bajos niveles de rotación (relacionados principalmente con la complementariedad de habilidades), algo que valoramos enormemente”.
Desde un punto de vista empresarial, por supuesto, existen ciertos inconvenientes al subcontratar trabajos. Suele ser más caro y un proyecto puede verse comprometido si las cosas no salen según lo previsto. No es raro que un superyate entre en un astillero con un plan inicial y se enfrente a costes adicionales significativos debido a problemas imprevistos que surgen durante el proceso.
Morales explica: “Si bien entendemos por qué los astilleros de nueva construcción tienden a subcontratar todo, con una estructura y plantilla más ligera y limitándose a gestionar subcontratistas especializados, en el sector del refit y la reparación creemos que contar con especialidades clave propias también nos proporciona la agilidad y flexibilidad necesarias en un sector donde la capacidad de adaptación a lo imprevisto y a los cambios es fundamental. Esto es más fácil de garantizar cuando se tiene el control de la fuerza laboral”.
Morales considera que es importante dar al cliente el poder de elegir, algo que se consigue con el modelo mixto del astillero. “Creemos en el modelo mixto que tenemos, en el que también trabajamos estrechamente con una multitud de subcontratistas especializados en disciplinas muy específicas que requieren conocimientos que no se pueden adquirir trabajando únicamente en un solo astillero, sin suficientes ciclos de experiencia. Estas empresas adquieren ese tipo de experiencia y conocimientos actualizados, y son capaces de invertir en un entorno cada vez más especializado”.
A menudo se critica a los project managers por limitarse a subcontratar trabajos a contratistas preferentes. La frase “hoy en día la ingeniería se hace en una cabina telefónica” se está haciendo cada vez más popular entre algunos de los observadores más escépticos del sector del refit. Para combatir esta percepción, Morales se asegura de que cada project manager de su astillero mantenga una relación estrecha con los talleres internos para ayudarles a desarrollar sus conocimientos técnicos y experiencia en un mercado cada vez más moderno y complejo.
Es difícil saber si el modelo mixto actual de trabajo utilizado por los astilleros de refit se mantendrá en el tiempo; el desarrollo de astilleros de nueva construcción que ofrecen opciones de ciclo de vida completo puede alterar la norma. Además, si hubiera una iniciativa a nivel de toda la industria para ofrecer servicios de reparación frecuentes a lo largo de la vida útil de una embarcación, en lugar de grandes proyectos de refit esporádicos, la naturaleza estacional y limitada en el tiempo del proceso de refit también podría cambiar. Estas nuevas ideas sin duda tendrán un impacto en todos los trabajadores del sector del refit, aunque cualquier cambio en las prácticas laborales dependerá, en última instancia, de los deseos de los clientes y la capacidad de adaptación de los astilleros.
The Superyacht Refit Report ISSUE 210
Por MAX STOTT
Fuente: Superyachtnews